Para algunas personas Londres es una capital más, para otras es London, capital de la diversidad cultural. ¿Quién tiene razón? Paraguas en mano y con cuidado de no resbalar, LO MUST se dispone a recorrer sus calles para dar una nueva visión.
Toda persona que pise por primera vez Londres tiene dos opciones: realizar una visita turística o una cultural mucho más profunda. La elección está bien clara, a pesar de que los blogs de viajes se empeñen en quedarse en el plano superficial. No se pueden dejar de ver los monumentos más característicos, pero merece la pena indagar en el corazón de esta ciudad, mimetizándose con su peculiar ambiente, y conociendo de primera mano las características de esta metrópoli en la que conviven nacionalidades y razas muy diversas como ingleses, indios, africanos o españoles.
La mejor forma de comenzar el día es con un típico desayuno inglés. No todos estamos acostumbrados a tomar unos huevos con salchicas y bacon a primera hora de la mañana, pero es recomendable un buen almuerzo para poder resistir todo lo que habrá que andar. Porque en Londres, hay metro y autobús, claro que sí, pero intentamos evitarlos. Aunque llueva merece la pena estar al aire libre.
Iniciamos nuestro recorrido en el
Big Ben, reloj mundialmente conocido. Su impactante fachada, símbolo representativo de la ciudad, invita a detenerse y observar el palacio de Westminster y las Casas del Parlamento que se encuentran a su lado, pero basta de perder el tiempo. El
London Eye (inglés) espera al otro lado del río Támesis. Este mirador, ubicado al lado del
County Hall, y conocido con el nombre de "noria del milenio", ofrece la vista más espectacular de la ciudad a más de 100 metros de altura, y es una oportunidad que no se puede desaprovechar.
Tras visitar el
Buckingham Palace (inglés), residencia de la familia real inglesa, y tomar un sandwich en una plaza cercana atestada de palomas (en Londres el almuerzo es ligero) paseamos por el
Tower Bridge (inglés). Desde este famoso puente levadizo se puede contemplar la Torre de Londres, inmensa fortaleza de la época medieval, mientras nos resguardamos del viento que sopla con fuerza a esa altitud. Una vez recorrido, es aconsejable andar un poco más y acercarse a la Basílica de San Pablo, o más conocida como
St. Paul´s Cathedral (inglés).
Llegamos por fin a
Piccadilly Circus, plaza llena de colorido debido a los enormes carteles publicitarios que la decoran. Adentrándonos en las calles de su alrededor encontramos teatros, tiendas, restaurantes y bares, destacando las cafeterías de
Starbucks,
Nero o
Costa, que cuentan con un local en los lugares más famosos de todo Londres. Es necesario reponer fuerzas y en Londres se cena pronto.
Por supuesto, no nos olvidamos de las compras y, para aquellos que prefieren gastar el tiempo y el dinero a partes iguales en vez de visitar los lugares más famosos, se les ofrece una gran lista de posibilidades. La mayoría de las tiendas son franquicias de las marcas más conocidas. Por lo tanto, si lo que te apetece es ser diferente te ofrecemos una lista de los mercadillos más famosos. Candem Town (inglés) es una parada obligada para todo aquel deseoso de mezclarse en el ambiente alternativo y extravagante de este mercado londinense. Covent Garden (inglés) con sus artesanías en puestos cubiertos no puede pasar desapercibido para los amantes de las cosas hechas a mano y que, además, no quieren mojarse durante sus compras. Y, por último, para los más románticos, el mercado de Portobello, en Notting Hill (inglés), y sus antigüedades, les hará sentirse protagonistas de su propia película.
Londres es una ciudad grande y por ello, ideal para todos aquellos que no encuentran su lugar y no tienen miedo de mezclarse entre la multirracialidad de esta enorme ciudad.
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